En el mundo de la construcción y la ingeniería, la resistencia y durabilidad del acero son conocidas por todos. Sin embargo, hay un factor crucial que a menudo pasa desapercibido pero que desempeña un papel esencial en el éxito de cualquier proyecto: el acabado del acero. Este detalle aparentemente pequeño puede marcar la diferencia entre una estructura que se desvanece con el tiempo y otra que se mantiene en su máximo esplendor durante décadas. Acompáñanos mientras exploramos por qué el acabado del acero no es solo una cuestión estética, sino un elemento esencial para la longevidad y el rendimiento de tus proyectos. ¡Descubre cómo un acabado de calidad puede elevar tus estructuras a un nivel superior!
¿Qué es el acabado del acero?
Un acabado o recubrimientos del acero, un tipo de cubierta especial que se coloca en la superficie de la lámina. El proteger a dicho acero por ambos lados, se cuenta con una protección temporal con la cual el producto no se verá afectado de la misma forma por la corrosión o la oxidación, lo que ayuda a incrementar su desempeño y vida útil. Esto se da principalmente en aquellos aceros de los cuales se sabe que son más sencillos y son compuestos por una aleación simple. Sin embargo, existen varios tipos.
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Tipos de acabados del acero
El acero se puede someter a diversos tipos de acabados para mejorar su apariencia, protegerlo de la corrosión y adaptarlo a diferentes aplicaciones. A continuación, se presentan algunos tipos comunes de acabados de acero:
Acabados de acero pintro
El primero de ellos es el acabado pintro, mismo que se encarga de proteger al producto de mediante el uso de una capa de pintura que se coloca en un proceso que se conoce como pintado en línea. Evita que su cubierta sufra decoloración, como es común con otros materiales, por lo que una lámina de acero Pintro se mantendrá en condiciones óptimas por más tiempo que las pinturas convencionales, además de que solo requiere de un mantenimiento sencillo para remover el polvo o restos de basura.
Acabado del acero galvanizado
El acabado galvanizado es un tipo de cubierta que está pensada para proteger a un producto mediante el uso de una barrera protectora que ayuda a evitar el contacto del acero con elementos que puedan resultar dañinos para su composición. Dichos cuidados son tomados dado que el acero es un material que resiente constantemente los cambios en el clima, por lo que el galvanizado busca protegerlo de una manera más fuerte, evitando el contacto con residuos de agua que puedan permanecer en su superficie.
Asimismo, este tipo de acabado del acero es la opción más accesible del mercado para trabajar con productos hechos con zinc. El proceso de galvanizado se puede aplicar a toda clase de piezas y productos, aunque los más demandados son las variantes de lámina de acero, en sus presentaciones en lámina acanalada, lámina lisa y lámina en rollo. El galvanizado es compatible con construcciones que utilicen concreto, hormigón, o aluminio en su estructura, además de que puede ser soldado y perforado para ser colocado.
Acabado del acero ZintroAlum
El acero con Zintro Alum tiene una aplicación especializada, pues su mejor rendimiento proviene de lugares en donde se tienen que reemplazar las piezas o elementos de acero dado que sufren de picaduras en su superficie o de una oxidación acelerada. Es un acabado más eficiente debido a que consta de una aleación de materiales como el zinc y el aluminio, que juntos forman una cubierta que no se despega no sufre daños ante impactos, al trabajar juntas, tampoco sufren del desgaste que el Pintro o Galvanizado tienen en estos lugares.
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Diferencias entre estos acabados de acero
Entre estos 3 procesos de recubrimientos del acero, se tiene que en todos se incrementa la vida útil del producto. Sin embargo, la diferencia es muy clara entre el acabado conformado con una aleación en comparación con el resto, por lo que indiscutiblemente, el Zintro Alum es el acabado más longevo.
Si bien, longevidad no es sinónimo de eficiencia, y en dado caso que se quiera ocupar un acero recubierto con este material en un sitio sin exigencias mayores, se puede tener un desempeño no necesario, y desperdiciar el potencial del producto, cuando perfectamente cualquiera de los otros dos acabados pudo tener un desempeño similar. Para conocer cuál es el mejor acabado, todo depende del uso.
Conclusión
La importancia de seleccionar el acabado del acero adecuado en la construcción radica en la protección contra la corrosión, la resistencia al desgaste y la apariencia estética. El acabado galvanizado es esencial para estructuras exteriores que enfrentarán la intemperie, mientras que los acabados pulidos y de cromo agregan un toque de elegancia y brillo a productos y elementos arquitectónicos. El recubrimiento en polvo, por otro lado, combina resistencia a la corrosión con opciones de color personalizadas.
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